Autor | Eduardo BravoGigantes tecnológicos como Google, Amazon, Microsoft, Toshiba o Cisco están apostando por la construcción de ciudades inteligentes en diferentes lugares del mundo. Una decisión que puede resultar llamativa, pero que no deja de tener relación con su core business desde el momento que las ciudades inteligentes incorporan muchos de los avances tecnológicos desarrollados por esas compañías.
¿Qué es una ciudad realmente inteligente?
Las ciudades inteligentes son aquellos núcleos urbanos basados en la sostenibilidad, la eficiencia energética y el uso de las tecnologías de la información, aplicadas a la gestión y funcionamiento del lugar, que buscan facilitar la relación de los ciudadanos con las instituciones, fomentar la gobernanza participativa y mejorar temas como la educación, la sanidad o la seguridad.Además, las ciudades inteligentes prestan especial atención a las cuestiones de desarrollo urbanístico, distribución de las infraestructuras, suministro energético, accesibilidad y movilidad, fomentando medios de transporte alternativos al automóvil y, allí donde no queda más remedio que recurrir a ellos, apostando por los vehículos eléctricos.
¿Por qué se han implicado los gigantes tecnológicos en el desarrollo de ciudades inteligentes?
Algunas de las tecnologías claves para el desarrollo de las ciudades inteligentes son internet, internet de las cosas, la telefonía móvil y los coches eléctricos. En este sentido, las ciudades inteligentes son laboratorios óptimos para testar muchos de los nuevos proyectos de estas empresas tecnológicas.Toyota, por ejemplo, está construyendo, en las inmediaciones del monte Fuji, Woven City, una ciudad definida por Akio Toyoda, CEO de la compañía, como una «incubadora tecnológica». La compañía japonesa utilizará Woven para testar sus modelos autónomos sin conductor y sus vehículos eléctricos, los únicos autorizados en el lugar después de que se prohibieran los coches de combustión.Algo semejante quiso hacer Google en Toronto. Se trataba de IDEA, siglas en inglés de Distrito de Diseño Innovador y Aceleración Económica, una ciudad inteligente cuya principal novedad respecto de otras semejantes es que los procesos para aprobar las iniciativas sobre el gobierno de la ciudad iban a ser tomadas por Urban Data Trust. Después de recopilar y analizar datos de los ciudadanos y el uso que hacen de las infraestructuras y servicios públicos, esa organización tomaría decisiones sobre la gestión de la ciudad, pero sin consultar directamente a la población.La iniciativa, muy criticada, no se pondrá finalmente en marcha, no por la amenaza que suponía para la participación democrática, sino porque la pandemia de la COVID-19 ha hecho que el proyecto quede paralizado sine die.El caso de Toyota y el de Google ejemplifican dos de los motivos principales detrás de este súbito interés por el urbanismo: lograr crear enormes laboratorios vivientes donde poner en práctica sus últimos desarrollos tecnológicos antes de lanzarlos al resto del mundo. El problema es que ninguna de estas firmas tienen experiencia urbanística ni arquitectónica real, por lo que dependen de socios externos para desarrollar sus propuestas.
¿Son totalmente seguras las ciudades inteligentes?
La gestión de datos y su análisis por parte de inteligencias artificiales no solo pueden servir para tomar las decisiones de gobernanza de la ciudad. También son un método para aumentar la seguridad de las ciudades inteligentes en aspectos tan diferentes como la prevención de la delincuencia, la seguridad del tráfico o el control de enfermedades y pandemias como la COVID-19. En todo caso y como sucedía en el caso de IDEA, la recopilación de datos de la población y su utilización posterior debe hacerse respetando derechos como la intimidad o la privacidad de los expedientes médicos.Por otra parte y a pesar de estos avances, las ciudades inteligentes no son inexpugnables y pueden sufrir otro tipo de problemas de seguridad. Por ejemplo, aquellos relacionados con esa misma tecnología sobre la que se construyen. Los ciberataques a los centros de control de la ciudad que regulan los suministros de luz, gas y agua, contra los departamentos que se dedican a ordenar el tráfico o incluso contra los coches autónomos cuyo funcionamiento depende en buena parte de un ordenador, son las nuevas amenazas a las que se enfrentan las ciudades cuando son inteligentes. Son factores que sin duda también deberán ser tomados en cuenta por firmas como Tencent y Toyota, si es que no los han convertido ya en uno de sus factores definitorios.Images | Google, Shenzhen Net City, Toyota